A Day in The Life



(Se recomienda escuchar la canción A Day in The Life - The Beatles mientras se lee este micro relato)

Los aplausos se apagan y comienza a sonar el canto de una guitarra a la que se le une un piano. Los parajes de ébano que usualmente veo cuando cierro mis pestañas, se tornan acrílicos con un solo acorde; mientras tanto, se oye:

 I read the news today, oh boy…

El vacío impregna mi estómago, algo se ha perdido. Un bajo me ata a su pulsar y decide pasearme por cada uno de los rincones de mi cabeza. Como si de senderismo se tratara, subo y bajo las montañas que marca la línea ondulante que ante mis ciegos ojos es trazada.

…He blew his mind out in a car…

Entra la batería y con cada latido que marca el mundo externo comienza a desaparecer hasta quedarme en un escenario donde los instrumentos entran en escena. A la guitarra, la voz cansada, el bajo pastor y la voz adormilada, se comienzan a unir las diferentes voces de instrumentos que, sin intérprete alguno, puedo ver emitir sonido.

…I’d love to turn you on…

Caos. Los instrumentos entran en guerra. La voz de un general los comanda: One, two, three… La tensión aumenta. Puedo ver a los ejércitos cargando contra las puertas de Mordor. El vello se eriza. Algo está por ocurrir…

¡Despierta! Salgo de mi trance para atender la llamada de un despertador y, aunque creo recordar haberme tumbado sin intención de levantarme en un buen rato, sólo tengo la necesidad de correr, sé que llego tarde a algún lado.

…Woke up, fell out the bed…

  Salgo corriendo de casa. Veo rostros conocidos y sin conocer. Veo una taza de café solo ante mí y la huelo, me recuerda a casa de mi abuela. Por alguna razón que desconozco, me siento en medio de Londres. Me pongo el sombrero para así coger el bus y llego al que al parecer es mi trabajo. Cuando parece que continuaré mi día, siento la correa llevándome a la ensoñación.

…I read the news today, oh boy…

Las acuarelas vuelven. Soy consciente de mi ensoñación, todo esto no es real, pero me da igual. Exploro cada color con la vista, el tacto y el gusto. El verde sabe agudo.

…I’d love to turn you on…

La guerra regresa. Siento la verdad de Sarte en mi estómago mientras la batalla se intensifica mucho más de lo que se había visto anteriormente. La línea que antes marcaba el camino a explorar se torna en una cuerda que, de tanto tira y afloja, se rompe. Silencio

 

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